19 de febrero de 2009

La importancia del deporte en los niños

Hoy en día, la “comida basura”, la aparición de los juegos de video, la televisión, etc., ha venido provocando una desmotivación e inactividad de algunos niños hacia el deporte, lo que perjudica seriamente su salud y se ha determinado como una de las causas más probables del aumento del índice de obesidad infantil en la población mexicana.

El deporte no sólo permite al niño desarrollar destrezas físicas, ya que la actividad deportiva, además de la aportación a la salud del pequeño, le ayudará para divertirse, socializarse, aprender a jugar formando parte de un equipo, a respetar las reglas del juego y a mejorar su autoestima. El deporte en su justa medida ayudará al desarrollo físico del niño, mejorando y fortaleciendo su capacidad física y mental.

Recuperación

Está más que demostrado que los niños normalmente son activos por naturaleza, digamos que es como un atleta de larga duración, se recuperan de los esfuerzos físicos más rápidamente que los adultos. En este sentido, el practicar una actividad física de manera continuada, puede mejorar el estado físico de los pequeños, pero siempre habrá que tener en cuenta una serie de elementos a la hora de programar una actividad deportiva para los pequeños de la casa.

El primero de ellos a tener en cuenta es la elección del deporte; es algo muy importante que el niño decida el deporte con los padres. El niño debe contar con la comprensión de los padres, es necesario respetar su gusto, el momento y el tiempo. No se puede obligar ni castigar al pequeño porque un deporte no se le dé bien, ni por supuesto forzarle a practicar un deporte que no quiera. Es interesante preguntar al pediatra antes de elegir un deporte, para que nos indique el más conveniente para el niño, dependiendo de sus características físicas y psicológicas. Un estudio efectuado con niños de 4 a 5 años a los que se les deja jugar libremente en un día de vacaciones ha demostrado que en general, los niños son físicamente activos de entre 5 a 6 horas. A pesar de su enorme capacidad física, los más pequeños no deben hacer más de tres o cuatro horas de ejercicio a la semana.

Problemas

En muchos casos, los niños que realizan deportes de alta competición acaban padeciendo problemas de crecimiento, lesiones a edades tempranas… Sería recomendable que el deporte elegido ayude al niño a desarrollar, a través del entrenamiento, el conjunto de las capacidades motoras. Para ello, lo mejor sería que el niño practicara diversas disciplinas deportivas a lo largo del tiempo. También hay que tener cuidado con las necesidades de los niños durante la actividad deportiva para prevenir lesiones debidas a las exigencias propias que el entrenamiento y competencia que un deporte determinado presenta. Existen dos elementos muy importantes a los que hay que prestar atención: la hidratación y la nutrición. Hay que tener en cuenta que el niño suda más y comienza a sudar al alcanzar temperaturas más altas que un adulto, el niño produce mayor calor metabólico por kilogramo de peso que el adulto, y presenta menor expulsión de sangre por el corazón con cada latido.

Es necesario cuidar también la alimentación de los niños, no hay que olvidar que está en fase de crecimiento y necesitan una alimentación sana y equilibrada. Si el niño toma algún medicamento hay que preguntar al pediatra si es compatible con la actividad física. Para terminar, hay que destacar que cada vez aumenta más la competitividad en todos los aspectos de nuestras vidas, esta actitud se ha ido trasladando también al deporte infantil. Es muy importante que los padres tengan un papel activo ayudando a los niños a desarrollar la honradez en la competición, ya que los pequeños trasladarán lo aprendido en sus juegos al resto de sus comportamientos. Como es bien sabido, los deportes infantiles más practicados son el fútbol, baloncesto, gimnasia rítmica… pero hay que ofrecer al niño la diversidad de deportes que estén a su alcance para que pueda elegir. Por ejemplo, uno de los deportes que se considera más completo por los expertos es la natación. Es apropiado que los niños empiecen a nadar entre los 3-4 años, pero como forma de juego. Lo fundamental es que los niños entiendan el deporte como un hobby, una diversión, no una obligación. Es aconsejable que el entrenamiento más intenso no se inicie antes de los 12 años según el grado de desarrollo del niño.